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sábado, 7 de agosto de 2010

Crisis = Cambios


Por: Juan Carlos Arias


La palabra crisis en el vocablo griego, se refiere a "decisión" y deriva del termino krino, que significa "decidir, separar, juzgar".


Las crisis traen consigo situaciones de cambios donde muchas condiciones NUNCA volverán a ser iguales. Se convierten en una necesidad de replanteo de la nueva realidad que vivimos.

La actitud correcta ante la crisis es aceptar que ha llegado a nuestra vida. Esto al principio nos atemoriza, nos trae aflicción y hasta nos llega a causar dolor emocional al tener que enfrentarla.

Pero. ¿Qué propósito tiene la crisis en nuestra vida? Vamos a ver que nos dice la Palabra de Dios al respecto:

“He aquí te he purificado y no como plata; te he escogido en horno de aflicción " (Isaías 48:10).

Dios nos purifica y escoge a través de las aflicciones por medio de las crisis.
Esto trae cambios para acercarnos a Dios y alcanzar salvación

"Porque así dijo Dios el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y confianza será vuestra fortaleza" (Isaías 30:15a).

Descansar, reposar y confiar en Dios nos ayuda a mirar la situación en perspectiva y APRENDER LO QUE SE DEBE APRENDER. Debemos adquirir nuevo conocimiento con un objetivo y metas para evaluar, replantear y permitir que surjan nuevos pensamientos y nuevas ideas.

"No os conforméis a este siglo, si no transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento (nuestros pensamientos) para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta" (Romanos 12:2).

Vemos en el versículo anterior que Dios le interesa renovar pensamientos, para que comprobemos su BUENA VOLUNTAD hacía el que realmente se esfuerza y es valiente en aceptar el reto por parte de Dios, que es agradable y perfecto.

Las crisis nos acercan más a Dios para conocerle y aprender a depender de El. Debemos de tener la confianza y fe de que Dios tiene el total y absoluto control de nuestra vida por más dura y difícil que sea la crisis. No por nuestras fuerzas, sino siendo guiados por su Santo Espíritu y si no en el poder que se perfecciona en nuestra debilidad. Esta debe ser nuestra mejor arma ante cualquier crisis, no la de escapar, negar, si no la de ver y reconocer.

En conclusión:
Debemos ver las crisis como una oportunidad de acercarnos a Dios y de hacer nuevas todas las cosas. Empezando por nuestra manera de pensar.

“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, Yo hago nuevas todas las cosas" (Apocalipsis 21:5a)





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